En oftalmología hablamos de ptosis cuando se produce una caída de uno o ambos párpados, generalmente por una alteración del músculo que eleva el párpado.
Esta caída puede alterar la normalidad a nivel estético, creando una alteración de la armonía facial, sobre todo si es sólo de un ojo, o alterar la normalidad funcional al cubrir temporal o permanentemente el eje visual dificultando la visión.
Aunque existen enfermedades neuromusculares que la producen como la Miastenia Gravis, que se hizo conocida tras afectar al magnate griego Aristóteles Onassis, la causa más frecuente es la degenerativa, siendo la ptosis senil su variante más común.
Una cuestión importante es diferenciar la ptosis de la caída secundaria a un aumento de grasa en los párpados por las conocidas “bolsas” que se trata con técnicas quirúrgicas diferentes (blefaroplastia).
El manejo de la ptosis palpebral debe incluir un correcto estudio neurofisiológico que descarte enfermedades como la miastenia o la distrofia óculofaringea, ésta última acompañándose de dificultades para tragar por parte de los pacientes. En el caso de los niños hay que actuar precozmente si dificulta la vista para evitar el conocido “ojo vago”.
La técnica quirúrgica dependerá del estado del músculo del párpado. Si está desprendido se reinsertará, si está distendido se acortará, pero si está paralítico tendremos que colocar unas sondas de silicona o similar para que sea la frente la que eleve el párpado al contraerse.
La recuperación suele ser corta requiriendo frío local y pomada antibiótica. Los puntos se retiran en torno a los quince días.
En resumen, si advierte en usted o los suyos este tipo de patología no dude en consultar a oftalmólogos expertos en este tipo de cirugía, que le orientarán específicamente sobre su caso.
Esta caída puede alterar la normalidad a nivel estético, creando una alteración de la armonía facial, sobre todo si es sólo de un ojo, o alterar la normalidad funcional al cubrir temporal o permanentemente el eje visual dificultando la visión.
Aunque existen enfermedades neuromusculares que la producen como la Miastenia Gravis, que se hizo conocida tras afectar al magnate griego Aristóteles Onassis, la causa más frecuente es la degenerativa, siendo la ptosis senil su variante más común.
Una cuestión importante es diferenciar la ptosis de la caída secundaria a un aumento de grasa en los párpados por las conocidas “bolsas” que se trata con técnicas quirúrgicas diferentes (blefaroplastia).
El manejo de la ptosis palpebral debe incluir un correcto estudio neurofisiológico que descarte enfermedades como la miastenia o la distrofia óculofaringea, ésta última acompañándose de dificultades para tragar por parte de los pacientes. En el caso de los niños hay que actuar precozmente si dificulta la vista para evitar el conocido “ojo vago”.
La técnica quirúrgica dependerá del estado del músculo del párpado. Si está desprendido se reinsertará, si está distendido se acortará, pero si está paralítico tendremos que colocar unas sondas de silicona o similar para que sea la frente la que eleve el párpado al contraerse.
La recuperación suele ser corta requiriendo frío local y pomada antibiótica. Los puntos se retiran en torno a los quince días.
En resumen, si advierte en usted o los suyos este tipo de patología no dude en consultar a oftalmólogos expertos en este tipo de cirugía, que le orientarán específicamente sobre su caso.
Dr. Javier Rodríguez Martín
Director Médico
CENTRO OFTALMOQUIRÚRGICO DE TENERIFE
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