En toda disciplina quirúrgica existe un componente estético o plástico. Es el que intenta llevar a cabo la reparación o restauración intentando minimizar las secuelas morfológicas, o sea, intentar que nuestra cirugía produzca la menor cicatriz e irregularidad secundaria.
En oftalmología existe un creciente interés por esta faceta de la cirugía. Cada día son más los oftalmólogos que comunicamos nuestra experiencia y técnicas para mejorar la condición estética de nuestros pacientes. En muchos de ellos el motivo de la cirugía se debe al paso del tiempo, pero en otros es consecuencia de alguna enfermedad o patrón heredado, como la presencia precoz de ”bolsas” en los párpados.
Las llamadas bolsas parpebrales se presentan debido a una herniación de la grasa orbitaria del ojo, por debilidad de las barreras naturales que la contienen. Su presencia confiere un aspecto “cansado” al que las padece e incrementa su edad aparente. Tenemos normalmente dos bolsas grasas en los párpados superiores y tres en los inferiores, que cuando adquieren un tamaño considerable pueden incluso comprometer la visión del paciente.
La cirugía persigue recolocar o reducir el componente graso hipertrofiado y reforzar los tejidos de contención del mismo, eliminando el sobrante de piel si lo hubiera. Para ello realizamos incisiones en piel o en conjuntiva, accedemos a la grasa y la extirpamos, reforzando su tabique natural de sostén, llamado septum. El paciente deberá guardar reposo en los días siguientes a la intervención, aplicando frío localmente y pomada antibiótica, con disminución progresiva del edema y los hematomas que casi siempre se producen.
Es muy importante en este tipo de cirugías electivas que los pacientes no desarrollen falsas expectativas respecto al resultado. Hay que insistir en que el objetivo es armonizar el contorno periocular para que el resultado sea mejorar el estado previo imprimiendo un aspecto descansado y menos envejecido. Ese debe ser el resultado esperado, evitando transmitir al paciente la idea de que esta cirugía le devolverá la juventud perdida. No existe actualmente técnica quirúrgica que consiga tal fin. Si el/la paciente es candidato/a se puede complementar la cirugía con la inyección de toxina botulínica o de acido hialurónico cuyo objetivo es ampliar la regularización de la superficie cutánea periocular y facial, eliminando arrugas e imperfecciones.
En resumen, si estas pensando operarte las “bolsas” de los parpados ponte en manos de profesionales que podamos acreditarte experiencia en ese campo, y te orientaremos de forma personalizada en tu caso.
Dr. Javier Rodríguez Martín
Médico Especialista en Oftalmología. Hospital Universitario de Canarias.
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